REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO
DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA
UNIVERSIDAD
NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA
NÚCLEO
TÁCHIRA
CONCEPCIONES
Y TIPOS DE LIDERAZGO
(ensayo)
AUTOR:
MSC. FRANCISCO CASCIO NIÑO
GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO
SAN CRISTÓBAL, ABRIL DE 2019
Por medio del actual ensayo se abordará la
temática concerniente a las concepciones y tipos de liderazgo, la cual se
encuentra enmarcada en la catedra de Gestión del Conocimiento, como parte del
Doctorado en Innovaciones Educativas. En éste se trabajará con la
conceptualización del liderazgo, los tipos de liderazgo, así como algunos
planteamientos de la calidad educativa, además de estudiar un caso específico
de liderazgo de una organización o institución, planteando unas alternativas de
solución.
Cabe destacar que el liderazgo es un tema
vigente y sigue en auge, siendo objeto de diversas teorías, reflexiones y
supuestos por distintos teóricos que han abordado la temática en el contexto
actual con el fin de lograr los objetivos organizaciones, empresariales e
institucionales. Por tanto, el líder no
existe aislado del contexto, sino que desde éste crea y construye. La
estructura no determina, pero influye enormemente y genera un punto de partida
inevitable a la acción.
Para Siliceo (2007): “Ser líder es
influir en los otros para el logro de un fin valioso” (p.19). Por consiguiente,
la influencia es la energía y el proceso que moviliza a las personas, es decir, motiva
a los demás para la realización de forma responsable de las metas
propuestas a nivel organizacional o institucional. Es por ello que en los
grupos, organizaciones, empresas o instituciones siempre destaca a figura de
alguien que va tejiendo nexos a través de los cuales promueve la voluntad de un
conjunto de personas hacia el logro de sus objetivos. Ese alguien es el líder
que asume el compromiso de orientar el rumbo de sus compañeros.
No obstante, el liderazgo es un
fenómeno universal, puesto desde que existen las sociedades se ha requerido de
la presencia y guía de un líder, quien es un actor fundamental en el gran entramado social donde las
personan planean y llevan a cabo sus objetivos. Por ende si el liderazgo es un
esfuerzo dirigido por alguien sobre los demás en un contexto determinado para
lograr los objetivos propuestos, será importante repensarlo en un ámbito más
amplio.
Por tanto, para Viedma (2003): “El
liderazgo es el esfuerzo que se efectúa para influir en el comportamiento de
los demás con el fin de alcanzar los objetivos organizacionales, individuales o
personales” (p.129). En términos generales se entiende al liderazgo como el
proceso por el cual una persona despliega su capacidad para influir sobre
personas para que trabajen con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro
del bien común. Esta capacidad es una clara influencia de que el líder ejerce
poder sobre los demás.
Es importante mencionar que en el liderazgo
confluyen distintas cualidades tales como la persuasión, el poder, la
influencia, el entusiasmo, la motivación dirigida al logro de metas comunes, y
la comunicación, entre otros aspectos. Por ello, es indispensable que el líder
tenga estas habilidades y que posea la
voluntad de desarrollarlas en su proceso de formación, lo que le permitirá
obtener satisfacciones y avances en su experiencia como líder de una
organización o institución.
Se debe resaltar que líderes hay y debe haberlos en todas las facetas
de la vida porque cuando un grupo está adecuadamente liderado, es mucho más
fácil y sencillo llegar a las metas trazadas y además, disfrutar en el proceso. Es por esta razón que el liderazgo está absolutamente ligado a las cualidades y habilidades interpersonales
de los protagonistas para asumir las labores profesionales que son de su
responsabilidad bajo un prisma de motivación, construcción de equipo, la
capacidad de influir y que todos aprendan de todos en pro del proyecto y la
institución.
Es así como un buen líder, tomará
como premisa cumplir con sus tareas y que el equipo a su cargo también lo haga,
pero para ello tomará herramientas muy diferentes a las que venía utilizando un
jefe de los de antes. Para eso, se han desarrollado diversos tipos de liderazgo
que sustentan dichas acciones. White
y Lippitt (citado por Gil 2007):
Estudiaron tres tipos de liderazgo: el
autocrático, el democrático y el laissez
faire. En el primer caso casi todas las decisiones las toma el líder; en el
segundo, las decisiones se someten prioritariamente al grupo, hay mayor
libertad de acción y las recompensas tienen más que ver con el grupo; y en el
caso último, el grupo goza de una gran libertad, el líder prácticamente no
participa, no facilita información y no evalúa la actividad de los
subordinados. (p.313)
En consonancia con lo expresado, el tipo
de liderazgo autocrático permite
que los supervisores tomen decisiones y fijen las directrices sin la
participación del grupo, donde el líder concentra todo el poder y nadie desafía sus decisiones. Por su parte,
el liderazgo democrático o llamado liderazgo participativo, es donde se promueve
el diálogo entre sus seguidores para tener en cuenta las opiniones del grupo,
pero la decisión final la toma el superior. En el caso del líder laissez-faire,
también conocido como liderazgo delegativo, es un estilo de no intervención, el nombre
hace referencia a la palabra francesa “dejar pasar” o “dejarlo ser”. El líder
laissez-faire interviene solo
cuando es necesario y con la menor cantidad de control posible.
Sin embargo, Lewin, Lippity y White
(citado por Aydub 2010) desarrollaron la siguiente tipología en los estilos de
liderazgo:
Autocrático: las políticas, dirección,
técnicas de trabajo y actividades son decididas por el líder sin tener en
cuenta la opinión del grupo, destacan la obediencia, lealtad, y emergen a
través del ejercicio del poder.
Democrático: las políticas y decisiones son discutidas y tomadas por el
grupo bajo la asistencia del líder, quien es un instrumento para promover el
bienestar del grupo y está abierto a las opiniones. Laissez-faire:
el líder no participa en el grupo, otorgando total libertad a los miembros de
decidir y actuar, la personalidad es despegada, cautelosa, introvertida,
indecisa conformista e irracional. (p.33)
En tal sentido, el liderazgo autocrático puede ser eficaz en ambientes laborales en los que
las decisiones necesitan tomarse rápidamente, así como con trabajadores que
requieren una supervisión sobre las actividades, puesto que al eliminar la
tendencia a relajarse, puede aumentar la productividad y velocidad en las
tareas. En cambio, el liderazgo democrático se gana al equipo porque los trabajadores
contribuyen en el proceso de decisión, sintiéndose como parte de la compañía y
de los cambios que puedan producirse en la organización, mejorando su
afiliación y compromiso con la empresa, su productividad y capacidad de
innovación. Pero, en el liderazgo Laissez-faire la autonomía es liberadora, mejora la creatividad y ayuda a sentirse más satisfecho con el
trabajo que se realiza. Este tipo de liderazgo puede ser usado en situaciones
donde los subordinados tienen entusiasmo
y gozan de una alta motivación intrínseca.
Con
referencia a un caso institucional, se ha observado un líder que ejerce su
posición de acuerdo a las
políticas, dirección, técnicas de trabajo y actividades sin tener en cuenta la
opinión ni planteamientos del grupo, destacando la obediencia, lealtad, y a
través del ejercicio del poder. Asimismo, este tipo
de liderazgo está marcado por la falta de libertad comunicacional y de
movimientos en el grupo. Todo recae sobre el líder, como el triunfo de los buenos actos,
pero en el caso de la responsabilidad de los errores, se suele derivar
hacia los miembros de la estructura organizacional.
Es así como este ejemplo de líder se
identifica con el liderazgo autocrático, el cual permite controlar y tomar
decisiones sobre muchos aspectos de la estrategia y las dinámicas de trabajo
habituales. El líder autocrático tiene mucho poder y nadie puede ni debe desafiar
sus decisiones. Por tanto, no es un liderazgo abierto ni democrático sino que
es unidireccional: el jefe manda, y los empleados obedecen las órdenes. En este tipo de liderazgo la comunicación asertiva no existe y los miembros del equipo se
limitan a cumplir órdenes y no sienten libertad ni siquiera para plantear
sugerencias o estrategias diferentes a la marcada por el líder. Este tipo de
liderazgo genera un alto nivel de rotación de personal y no suele funcionar demasiado bien entre
equipos de profesionales cualificados.
En
virtud de esto se propone que el líder debe asumir y formarse para un liderazgo
democrático, llamado también participativo, en el cual como su propio nombre
indica, todos participan, y es un tipo de relación muy saludable porque todos
los miembros del grupo aportan sus puntos de vista e intervienen en las
decisiones a tomar. Hay una colaboración activa por parte de todos los
integrantes y el líder es un modelo de referencia, así como de
admiración, pero todos se sienten libres de participar en igualdad de
condiciones. La premisa más importante es que hay un diálogo constante entre
todos que favorece la consecución de los objetivos marcados y por ende, a la
institución.
Es
importante mencionar que ese líder en la institución educativa debe responder a
los fines educativos, como lo es en suma importancia el lograr la calidad
educativa, para lo cual Bonilla
(2014) considera que:
La calidad de la educación es para
garantizar que nuestro sistema educativo enseñe, investigue y aplique los
conocimientos de punta para formar generaciones que lideren la independencia
económica, tecnológica, científica y del conocimiento en general con conciencia
de los valores de la justicia social y la armonía con el ambiente (p.65)
Por consiguiente, desde la perspectiva
político-pedagógica se debe continuar batallando con la histórica posición de
la izquierda anticapitalista en torno a la calidad de la educación, que no es
otra que una educación para la ciudadanía, con profunda pertinencia respecto a
las necesidades locales y que “sirva para lo que dice servir”; es decir, para
formar un hombre con conciencia crítica, comprometido con el destino
independiente de su país. Para la sociedad venezolana fue una muy buena noticia
que se retomara el debate sobre la calidad desde el Ministerio del Poder
Popular para la Educación, abriendo una consulta nacional que permitió
reflexionar sobre los alcances y aspectos mejorables que permitan alcanzar una
educación integral para los niños y adolescentes.
Para finalizar, es fundamental que desde las instituciones educativas se
fomente la formación de líderes que permitan la participación de toda la
comunidad educativa para alcanzar los fines planteados, al tomar en cuenta
todos los actores sociales que hacen vida dentro y fuera de ellas como parte de
un colectivo que tiene como objetivo fundamental la formación de un ser
integral. Igualmente, se debe seguir reforzando
la actualización y perfeccionamiento de los líderes para que cada vez
estén mejor y más preparados y así tengan las habilidades y capacidades que les
permitan enfrentar los restos que impone la sociedad a diario en materia
educativa.
REFERENCIAS
AYDUB, Luis
(2010). Estilos
de liderazgo y su eficacia en la administración pública mexicana.
Carolina del Norte: Ediciones Lulu Enterprises.
BONILLA, Luis (2014). La Calidad de la Educación. Caracas:
Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria.
GIL, María (2007). Cómo Crear y Hacer Funciona una Empresa.
Madrid: ESIC Editorial.
SILICEO,
Alfonso (2007). Líderes para el Siglo XXI. México: Editorial McGrawHill
VIEDMA, José (2003). La excelencia Empresarial. México:
Editorial McGrawHill
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